domingo, 5 de febrero de 2012
Porque al fin comprendí que aferrarse fuera del alma es un camino seguro al dolor, es como encender una mecha que lleva a un depósito de dinamita.
La explosión se lleva todo, te arranca el alma, te deja con el daño y con el increíble dolor de la pérdida.
Dolor, dolor es todo lo que te deja.
Hilos invisibles que te atan al no-olvido.
Posibilidades no quedan, se agotó la última gota del mar de anhelos y de sueños.
Se han llevado todo, me han quitado todo.
Quedar en la nada finalmente no es tan malo cuando tienes ese agujero tremendo que tapar.
Usas tus manos, tu cuerpo entero, intentas llenarlo con tierra, con aire, con palabras... pero es demasiado profundo.
Explosiones que dejan huella.
Tormentos que se repiten.
Tristezas que no te dejan.
Tormentas de lágrimas y gritos
imágenes quebradizas de sueños pasados
Un vació tremendo en el lugar que antes ocupaba el corazón.
Un alma buscando su cuerpo
un cuerpo escapando de su destino.
Tierras en ruinas
desierto de sentimientos y mojado en esperanzas rotas.
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