miércoles, 25 de abril de 2012
“-(…)No debería hablar contigo. Me lo había prometido y ya rompí mi promesa de Año Nuevo.
-¿Y pediste un deseo?
-Pedí este año dejar de sentirme ligado a ti. Que me pudiera zafar y huir y escapar lejos de donde estés.
-No creo que lo logres. Además, es mala suerte contar los deseos. No se cumplen. Por bocón, cagaste.
-Éste se va a cumplir.
-Estamos hechos el uno para el otro, asúmelo.”
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