Sublime Latido de Pánico

Sus manos intentaban acariciarle pero ella rehuía todo contacto.

- No - soltó después de mirarle

Bajo la vista y sentenció sus palabras finales, pensando en cada detalle y preeviendo cada movimiento.

Sus ojos demostraban seguridad, toda la seguridad que a ella le faltaba.

Suspiró, esperó y volvio a suspirar.

Era dificil enfrentarse a la realidad, más aún cuando no quieres enfrentarla y te sorprende en el peor momento.

- Sueños esfumados, ¿que es eso en comparación con mi agonía? - habló ella muy despacio

- Nada, solo pérdida de tiempo... - fueron sus últimas palabras ante eso

- Pérdida - dijo casi entendiendo

- De tiempo - esta vez no miró

- Tiempo...

Nunca nada iba a conseguir reponer las ilusiones perdidas ni el esfuerzo gastado, pero si iban a recordártelo por siempre.

- Debes dejarlo - gritó casi tocando sus manos
- No puedo - se limitó a decir - es más fuerte que cualquier cosa que haya conocido...

Su cara expresaba confusión y seguridad. No estaba segura de haber hecho lo correcto, pero si de haber salvado su vida.


- Entonces no puedo ayudarte - sentenció por última vez
- Pues vete, no te necesito ya...

Las lágrimas cellaron sus ojos, un sin fin de luces recorrían su mente y la agonía se sostenía en la garganta.

Se sintió presa de la desesperación, sus manos de hierro seguían fingiendo hostilidad, pero sus piernas flaqueaban al hecho.

Se dio por vencida, se dejó caer, todo a su alrededor era limitado y sin importancia, ya nada le servía de consuelo.

Sus manos intentaron llegar al piso, su cabeza intento dar vueltas y el surrealismo intentó raptarle, pero alguien lo impidió llegar a su fin.

A veces no es suficiente tanto esfuerzo, a veces no basta con gritarlo y quererlo con todas tus fuerzas, a veces es necesario ser otra persona.

- Realmente no entiendo

Su voz se perdió en el silencio de la habitación

- A veces es necesario morir

Alzó la vista para mirar al autor de aquella confesión, pero sólo se encontro con las grandes paredes que todavía albergaban los pensamientos erráticos de su inconsciente.-

[[Me hubiese gustado cambiar el inicio de la historia, todos los cuentos y novelas tienen margen de error, esa lectura mientras escribes, donde corriges los fallos y lo que suena mal.... por qué no la mia?]]

-No quiero esto, no quiero seguir viviendo en tormentos que no pude cambiar.

En ese momento la protagonista del cuento miro asombrada como su accionar había hecho que cambiara el rumbo de la historia.

Miró sus manos, blancas de tanto luchar, su piel ya no era la misma, su risa ahora era una línea sin ritmo... su cabello dejó de brillar y ahora sentía el peso de su espalda.

Una brisa silenciosa acaricio su rostro, cerró los ojos instintivamente y vio como pudo haber sido, vio todo aquello que siempre soñó, se vio con esa gran sorisa que le caracterzaba, se vio entregando alegría a todos... se vio feliz.

Cuando abrió los ojos la abrumó su nefasta realidad, todo derrumbado, pisoteado y malobrado.

-¿En que fallé? - preguntó al viento

Sus ojos perdieron la vida, su mirada negra de odio llenaba el lugar que poco a poco se teñía de gris.

Gris, gris, gris.... negro y gris.

Cayó de rodillas intentando salvar el único espacio con color que quedaba, su vista se nubló, sus ojos se llenaron de pequeños cristales que gritaban libertad... sus manos se aferraron a la nada, eso le quedaba... nada.