Prefiero la Locura
Fue la ultima palabra que logro articular antes que su cuerpo cayera en el mismo lugar que imaginó.
El miraba sin entender que ocurría, pestañaba para intentar despertar de una de las realidades más veraces que le había tocado vivir.
Su cuerpo no asimilaba lo que su mente gritaba, en estado de shock permaneció tendido en el piso, tocando con sus manos la fría y húmeda tierra del lugar.
- Por favor, otra vez no…
Como solía pasar, nadie escuchó sus suplicas. Cerro fuerte los ojos y encerró unas cuantas lagrimas que luchaban por recorrer su joven y triste rostro.
No quería saber nada más, no anhelaba nada mas que tener otra vez lo que el pensaba, el destino le había arrebatado.
Abrió lo ojos para encontrarse otra vez en su misma realidad, saco fuerzas y se levanto duramente… estaba desenfocado y algo mareado, se sostuvo de una pared mientras recobraba algo de conocimiento.
Seco sus lágrimas y camino unos cuantos pasos hasta un alumbrado público.
- Mierda, no sabia que la luz quemara tanto – pensaba con los ojos medio abiertos, cubriéndose un poco de la luz
No sabia con exactitud el lugar donde estaba, pero podía recordar esas calles poco transitadas con letreros de viejos anuncios y papeles por todos lados…
Siguió caminando lento, hasta que su cuerpo cayó nuevamente al pavimento.
Perdió totalmente el conocimiento, y sus pupilas se dilataron mas que de costumbre.
- Una ambulancia…. casi no tiene pulso…
Sus ojos no podían abrirse, tampoco podía moverse, pero escuchaba claramente que alguien muy cerca hablaba mientras tomaba su muñeca y luego su cuello.
- No lo se, creo que ha pasado toda la noche en este lugar…
No entendía de que hablaba, no sabía si lo conocía… pero su voz le sonaba un tanto familiar. Mientras el chico a su lado intentaba hacerlo reaccionar, el pensaba en todo lo que había ocurrido, en su deplorable estado y en como había terminado en ese lugar.
Sus ojos se cerraron bruscamente, y modulaba algunas palabras inaudibles para cualquier oído… menos para el.
- Hey! puedes escucharme verdad? – decía mientras le daba unos golpes en la cara
- Si – respondió – creo que si …
La cara del joven a su lado se volvió tranquila y algo alegre, fue entonces cuando pudo mirarlo y darse cuenta que nunca lo había visto en su vida. Llevaba una gorra negra y chaqueta de cuero
- Creo que te diste un buen golpe – le decía mientras intentaba ponerlo de pie
Dolorosamente se levanto y quejándose intentaba desplazarse.
- hey hey! que haces? piensas irte en ese estado? – decía en un tono amenazante
- Claro… no puedo quedarme todo el día, tengo cosas que hacer.
El chico de la chaqueta de cuero lo soltó, y el dando algunos tambaleos logro establecer el equilibrio.
Ambos se miraron y una pequeña risa rompió el silencio.
- Que? De que mierda te ríes – dijo algo sentido y aun quejándose
- De ti obviamente… mírate, no puedes mantenerte en pie
Hubo un silencio por parte de ambos, hasta que el rompió el silencio.
- Y… que hacías por aquí? como te llamas?
- Soy dueño de un local, estaba cerrando y te vi tendido en el piso… inconciente, modulando unas cuantas cosas que no entendí, intente ayudarte, pero no reaccionabas… pensé que habías muerto pues en un momento no tenias signos vitales. Por cierto… me llamo Gerard.
- Pues Gracias Gerard… pero no debiste haberme ayudado, ahora estoy mucho mejor – dijo intentando sostenerse bien bajo las dos piernas – Ahora… debo irme.
- No! quédate, llame una ambulancia… no debe tardar
- Que? no no no no… yo me voy ahora mismo! – a penas termino la frase, quiso correr y cayo nuevamente de frente al pavimento.
Gerard se inclino a su lado, y con una mirada de reproche e ironia lo tomo por la espalda.
- Te ves bastante bien como para caminar solo, tienes razón… vete – su mirada ahora era brusca y tentadora
- Si me ayudas a levantarme me voy – intentando negociar su libertad
Gerard tomo su chaqueta y se la puso encima.
- Esperemos a que llegue la ambulancia y te ayudo.
- Que parte del “NO!” no entendiste?
Testarudo como siempre, no quería que la situación se hiciera grave, no quería mas gente a su alrededor, no quería mas cuidados.
- Como digas pequeño nomo… - tomo su chaqueta y se la volvió a poner – A todo esto… no pregunte tu nombre.
- Frank… me llamo Frank